Corea del Sur, día 9

Esta mañana hemos cogido el bus rumbo a Busan. Apenas 50 minutos en los que hemos vivido un episodio divertido con un vecino de asiento. Los efluvios del alcohol le han hecho ofrecernos amablemente un calamar seco (como suena), y que además previamente había pelado y magreado con todo su cariño. Hamsa kamnidá (gracias). Pero evidentemente lo hemos rechazado gentilmente.

La llegada al Hotel, memorable. Curiosísimo. Se llama Lysee motel... a diferencia del anterior, no tiene neón rojo, pero tiene pintado en el techo de la habitación un dibujo espacial que se ilumina. Tiene sauna, jacuzzi,... vaya que imagino que no han puesto una cama redonda porque las sábanas deben de ser difíciles de encontrar!

Busan es un mercado y un centro comercial gigante, así que nos hemos ido a una isla cercana a dar un paseo. Desde allí hemos visto pesqueros, portaaviones,... y hemos llegado hasta un faro.

Hemos visto, por primera vez en Corea, muchos extranjeros. Todos americanos y la mayoría de ellos con pinta de militares...